Tener Necesidades Especiales en tiempos del Covid-19

   Si convivir con una discapacidad o necesidad específica de apoyo ya es difícil de por sí, cuando la humanidad se enfrenta a una crisis mundial sanitaria, como la que nos ocupa y preocupa, puede llegar a convertirse en algo terriblemente insoportable..

   Las personas con discapacidad, especialmente aquéllas en el espectro del Autismo, ya hacen un esfuerzo titánico para sobreponerse a sus limitaciones y adaptarse al funcionamiento “normal” de este mundo que apenas les tiene en cuenta.. han de aprender normas sociales que nunca llegan a comprender del todo, como la habilidad para mentir y ocultar los sentimientos; adaptarse a horarios y reglamentos rígidos en las escuelas, entornos comunitarios y centros de trabajo (si es que llegan a éstos); aceptar vivir en una sociedad que los excluye y que ha confundido valores y principios elementales; resignarse ante una vida en la que “dependen” del resto permanentemente, y ni si quiera son tenidos en consideración sus deseos de autodeterminación e ilusiones... Básicamente, la mayoría pasa toda su vida obedeciendo y tragándose la frustración de no poder ser ellos/as mismos ni expresarse libremente tal y como les nace.. imaginaos si, además, no tienen la capacidad verbal desarrollada para si quiera reflexionar sobre eso o poder exteriorizarlo de una manera adaptada, para así conseguir al menos ser atendidos en vez de abrúptamente silenciados.

   Como dice la famosa Etóloga Temple Granding, el mundo necesita todo tipo de mentes.. y es que ningún ser vivo de este planeta sobra, habiendo comprobado en numerosas ocasiones cómo al eliminar un sólo miembro de nuestra delicada cadena natural, el resto se ve afectado de forma ineludible... Se nos olvida que “todos somos uno”, que todos formamos parte indispensable de este frágil ecosistema y, cual efecto mariposa, hoy más que nunca estamos aprendiendo a la fuerza que el ser humano es un ser social e interdependiente, que necesitamos de los demás para nuestro propio desarrollo personal y supervivencia emocional.

   Ahora bien, personalmente creo que ha llegado el momento en el que debemos dejar de creernos jueces con esa doble moral que nos caracteriza, y reflexionar desde nuestro confinamiento en cómo actuaríamos si fuese nuestro hijo o hija, o nuestro abuelo o madre, a quien ves desde el balcón en la calle... y tomar conciencia de afirmaciones tales como: “el ladrón cree que todos son de su condición” o “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.. frases que impactan directamente en nuestro ego manipulador... el que cree protegernos, y en vez de ello nos condena a repetir experiencias dolorosas hasta que sean integradas, por las buenas o por las malas.

   Nadie escarmienta en cabeza ajena, que sería lo más inteligente, pero hasta que al ser humano no le toca de lleno parece que no es capaz de desarrollar esa empatía... pero sí que nos encanta exigirla en los demás, señalar al que erra, al que llama la atención, al que se distingue del resto..

   Señores, el Covid-19 nos está intentando enseñar que la responsabilidad y el compromiso individual es la clave para nuestra subsistencia como especie, que la salida últil es hacia dentro, hacia la reflexión del para qué me ocurre esto, para qué estoy sintiendo este miedo o esta compasión, para qué la vida nos obliga a parar así de golpe.. y no para culpabilizar o increpar a los demás. La educación es el arma que debemos usar ahora.. y la memoria, ya que si no recordamos nuestra historia (tanto personal como comunitaria) estaremos condenados a repetirla. Entonces, conseguiremos los seres humanos despertar esta vez? Lograremos usar esta crisis como oportunidad para reconstruir comunidades más humanas, respetuosas y compasivas? Esa, compañeros/as, es la verdadera esencia del hombre y la mujer, nuestra esencia reside en el Amor! a uno mismo primero y al prójimo después, es lo que nos hace fuertes e invencibles, lo que sana nuestros sistemas y lo que nos hace evolucionar.

   Nuestro mundo está infectado de historias desgarradoras especialmente dolorosas contra los más débiles e indefensos, niños/as, mujeres heridas, personas con discapacidad, animales y naturaleza.. que provocan la vergüenza de nuestra sociedad y nos hace pensar si tal vez el virus somos nosotros. No entiendo aún en qué momento la cooperación dio paso a esta competición desmedida y absurda, cuando se privatizaron los recursos supongo, pero no permitamos que este Covid-19 perpetúe la brecha entre nosotros.. porque hasta que el último hermano/a despierte, el resto estamos condenados a esperarle.. así pues, tú estás con nosotros o contra tu propia especie? Y cuando la vida nos detiene y nos muestra que la salud y la familia es el regalo más preciado y delicado que tenemos, que el dinero y las armas no te protegen ni se pueden comer, que la soledad y la quietud nos asusta pero nos sana porque nos hace conectar con nuestro vacío interior, con nuestro/a niña/o herido/a, con nuestros miedos y necesidades más inéditas. Es ahí cuando debemos detenernos, respirar profundo, en silencio, y ser humildes de corazón y fuertes de espíritu para entender que, todos en mayor o menor medida, hacemos lo que podemos con las herramientas que tenemos y el nivel de conciencia que hemos alcanzado.. Así que, por favor, honra a tus padres y abuelos/as que te dieron la vida, honra a tu especie que trabaja duro para mantenerla, y honra a la vida en sí misma, cualquier vida por muy insignificante que te parezca. Todo tiene su propósito, todo tiene su para qué, y siempre es y será para alcanzar juntos el mayor bien y los más altos fines. Tan sólo sé más humano por favor, y contagia con tu Luz y tu Amor, ahora es esa nuestra necesidad más imperiosa... Gracias.

 

Marta Alonso Pila

Psicóloga especialista en IAC y TEA.